Algo que se me ocurrió

En realidad no se de donde salió esto pero bueno, de poetas y locos todos tenemos un poco.

--------



-Todavía puedo ver parte de un pie, ¿sabes? Le dije al desconocido que había llevado a mi casa para pasar la noche, llevaba viéndolo todas las noches en un bar cerca de ahí. El estaba acostado en la cama, cubierto con las sábanas de pies a cabeza,claro, a excepción de la parte de su pie que aun podía ver; yo caminaba por el cuarto, totalmente desnuda, me acerque a el riendo y le arrebate la sábana de un solo jalón.
- Me gusta verte así. Me acerqué a sus labios y le di un beso, que mas que de amantes era el tipo de beso que le da una madre a un hijo, el tembló con un escalofrió y volví a reír.
– ¿Que pasa? Pregunte.
- Nada. ¿Cuántos años tienes? Tu sabes que tengo 19, pero yo no se tu edad. Me respondió con otra pregunta.
-¿De repente te parece importante? Evadí la pregunta y me separe de el.
-No. Dijo el levantándose para tomarme entre sus brazos. – Por favor olvida que te lo pregunte. Me hizo sentarme en la cama junto a el.
-No importa. Tomé la caja de cigarros de la mesa que estaba junto a la cama y encendí uno, aun no lo había puesto en mi boca cuando el muchacho hablaba de nuevo.
-Odio que la gente fume.
-Yo también odio fumar. Respondí sinceramente.
-¿Y porque lo haces? Esta vez sonaba en verdad curioso.
-Porque soy adulta y los adultos debemos fumar. Dije sin pensar en lo absurdo de la respuesta.
-Adoro tu filosofía. Dijo sonriendo.
-Gracias, yo también. Tomé la primera bocanada de nicotina de mi cigarro. – ¿Soy una tonta verdad?
-Si. Respondió sin pensar.
Fumé mi cigarro en silencio, ninguno de los dos volvió a hablar por un rato. Cuando terminé mi cigarro lo apagué en el cenicero, me giré hacia el y volví a besar sus labios.
-Sabes a cigarro. Hizo una mueca.
No respondí.
-¿A que te dedicas? Preguntó
-Escribo poesía. Dije.
-¿En serio? Vino la pregunta rápidamente.
-No. Reí. – La verdad es que trabajo en un banco pero siempre quise escribir poesía.
-¿Y porque no lo haces? Contestó.
-¿Podemos olvidar el tema? Me levanté de la cama, esta vez cubriéndome con la sábana.
-OK. ¿Me das un cigarro? Me miró tranquilamente.
-Pensé que no te gustaban. Le hice seña con la mano de que lo tomara.
-No, pero también soy un adulto. El muchacho tomó un cigarro y se ahogó con el, yo mientras tanto me vestía.
-Quédate con la caja. Le dije mientras me acercaba de nuevo hacia el. –Aquí tienes tu paga, tal vez te vea en una semana. El muchacho no respondió. Tomé mi bolsa y abrí la puerta del cuarto de hotel.
- 27 años. Dije y cerré la puerta.


-------

Solo espero que no sea demasiado aburrido. Je. ^__^;;